EDITORIAL

 

50 aniversario del inicio de la Docencia Médica Superior en Pinar del Río

 

50th anniversary of the start of Higher Medical Education in Pinar del Río

 

Un monumento a la memoria de los hombres y mujeres que iniciaron la formación de los trabajadores de la salud tras un Primero de Enero cargado de esperanzas en Vueltabajo, se alza luego de medio siglo de esfuerzos y ejemplares aportes.

La hoy Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río es el vértice de una colosal obra que comenzó hace 50 años a partir de la creación del departamento docente en la entonces incipiente dirección provincial de salud, de un sistema que había echado a andar como proyección de una de las promesas del Moncada.

Este instante es posible por el apoyo de las autoridades gubernamentales y de la unidad con la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca junto a las instituciones y organismos de la provincia.

El alto centro de estudios integrado en los escenarios docentes del sistema provincial de salud, cuenta con un claustro de 1 882 profesores de los cuales el 58,7 % son profesores de categorías docentes principales, el 44 % poseen certificación de doctores en ciencias o másteres, y el 18 % con categorías de investigador. Dispone de una prestigiosa revista indexada, reconocida en el país y en el exterior por universidades, bases de datos y organismos competentes.

El actual curso académico tiene una matrícula de 4 612 alumnos en las carreras de medicina, enfermería, estomatología y tecnología de la salud y de estos, 157 de 45 nacionalidades. Además, cuenta con 1 471 residentes, entre ellos 112 de 18 países de los cuales 91 están en programas autofinanciados provenientes de Servicios Médicos Cubanos. El aporte a la colaboración internacional docente y asistencial son resultado de sus colectivos docentes y de los trabajadores de servicios que aseguran su funcionalidad institucional. La universidad mantiene vínculos académicos con 49 capítulos de sociedades científicas de salud que ha permitido la certificación académica de eventos y la superación profesional.

La labor extensionista con los estudiantes hacia la proyección comunitaria, la cultura, las tareas de saneamiento y otras misiones resultantes de la integración con las necesidades de salud identificadas en la población son destacables junto a la formación político ideológica de alumnos y profesores para moldear la arcilla de las nuevas generaciones de trabajadores de la salud para el bienestar de la población cubana y de otros pueblos que lo requieran.

La primera universidad médica certificada por la Junta de Acreditación Nacional, junto con las carreras de medicina y estomatología, en proceso la de enfermería y la primera certificada de excelencia, la especialidad de Oftalmología, que conforman una unidad centrada en identificar nuestras brechas para el avance en la consolidación de los procesos docente asistenciales, investigativos y extensionistas a favor de la calidad de vida del pueblo cubano.

Es momento de recordación y honra hacia todos aquellos que en el trayecto a los éxitos mostrados, aportaron su esfuerzo, dedicación y legado, para que la universidad continúe su avance y sea digna en su misión, parafraseando al patriota y pedagogo cubano Enrique José Varona cuando expresara sobre los profesores universitarios cómo deben ser: “Hombres dedicados a enseñar cómo se aprende, cómo se consulta, cómo se investiga; hombres que provoquen y ayuden el trabajo del estudiante; no hombres que den recetas y fórmulas al que quiere aprender en el menor tiempo de la menor cantidad de ciencia, con tal que sea la más aparatosa. Hoy un colegio, un instituto, una universidad deben ser talleres donde se trabaje, no teatros donde se declame”.

 

 

Dr. Joaquín Hilario Pérez Labrador, MsC.

Profesor Consultante y Auxiliar. Director editor



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